ANTEPROYECTO

ANTEPROYECTO de LEY NACONAL DE EDUCACION
BREVE MIRADA
Luego de leer el anteproyecto de LEY NACONAL DE EDUCACION y la Ley de la Creación de la Universidad pedagógica, las cuales están plasmada para el desafío de diseñar los mecanismos que permitan integrar la multiplicidad de ofertas frente a los niños, jovenes y adultos como sujetos únicos de aprendizaje, con historias de vida y condiciones específicas con el avance en la democratización del conocimiento el cual promueve una relación distinta entre la sociedad y las nuevas tecnologías.
Entre las políticas asumidas, la formación de los docentes es un objetivo prioritario. En distintos actores sociales se ha instalado con fuerza la demanda por una transformación de la docencia y de su formación, en la medida en que constituye un aspecto clave para el cambio educativo. Se considera que las intervenciones en este campo son críticas. Hablar sobre la formación docente es posicionarse en el futuro del futuro; es pensar en la educación de las generaciones venideras, mirar el destino de nuestros jóvenes y del país. Significa abordar un nivel del sistema educativo que presenta la doble condición de abarcar una serie de instituciones que forman a su vez para el mismo sistema.
En Ley Nacional de Educación pone énfasis a diferentes miradas de la Educación revalorizando ciertos campos.
Por ejemplo la Educación ambiental, porque en la actualidad, como se ve a diario surgen diferentes problemáticas ambientales las cuales deben ser abordadas desde todos los ángulos para permitir a la población conocer y revalidar su importancia en el bienestar de la salud de todos los integrantes de la población. La aceleración de los procesos de degradación del ambiente y de la calidad de vida como por el avance en la toma de conciencia sobre el problema, marca un giro para las cuestiones ambientales y para el valor estratégico y ético de la Educación Ambiental.
.La Educación Ambiental es un derecho de todos; debe tener como fundamento pedagógico y filosófico el pensamiento crítico e innovador de una nueva sociedad; debe estimular la solidaridad, la igualdad y el respeto a los derechos humanos, valiéndose de estrategias democráticas e interacción entre las culturas; debe tratar las cuestiones globales críticas, sus causas e interrelaciones en una perspectiva sistémica, en su contexto social e histórico; debe ayudar a desarrollar una conciencia ética sobre todas las formas de vida con las cuales compartimos este planeta, respetar sus ciclos vitales e imponer límites a la explotación de estas formas de vida por los seres humanos”.
La crisis ambiental es una crisis que demanda una educación superadora en todo sentido, inherentemente comprometida con los procesos socio-ambientales que ocurren dentro y en torno a los espacios diversos donde la educación se concreta.
Al hacer referencia a la multiculturalidad
Las nuevas tecnologías: El ingreso de la Tics en las escuelas las convierte en modelo de significado y acción. Teniendo en cuenta que la "formación", "preparación para la tarea" o "capacitación" es "un proceso que se inicia en un momento dado, cuando un sujeto comienza a capacitarse para la formación docente pero que continúa a lo largo de toda su carrera como una necesidad emergente de los procesos de trabajo para los que debe continuamente prepararse” .La capacitación se concibe y utiliza como un medio para desarrollar la capacidad del docente a la reflexión, la toma profesional de decisiones en el aula y debe ser un proceso contínuo.. Este rol requiere de profesionales que, con una adecuada formación científica y humanística, asuman una actitud de compromiso social e institucional para ser capaces de elaborar líneas de intervención que surjan de interpretar realidades, definir problemas, actuar dentro de ciertos márgenes que no son absolutos y ante situaciones específicas, únicas e irrepetibles". Frente a las exigencias del desempeño del nuevo rol profesional y a los problemas que presenta la formación actual, el objetivo de la formación docente debe ser la construcción y el fortalecimiento de la capacidad de decisión de los docentes en el marco de un nuevo modelo institucional en el cual ejerzan su rol en interacción con los demás agentes del proceso educativo y asuma la corresponsabilidad en la elaboración y aplicación de los objetivos, prioridades y programas del planeamiento institucional. La formación docente constituye un proceso continuo de preparación de profesionales para un rol específico el docente, teniendo en cuenta que en estos tiempos las exigencias de la economía y de la democracia en uno de los viejos anhelos pedagógicos: la educación a lo largo de toda la vida. Todos los planteamientos colocan la educación permanente como factor clave del desarrollo social, equitativo, sustentable y justo y de la integración plena de los individual en el cual se hace necesario La educación permanente requieriendo de un sustento pedagógico que permita desarrollar propuestas curriculares que respondan a demandas y procesos de formación locales, derivados de las necesidades grupos muy heterogéneos y diversos de jóvenes y adultos; que experimente y evalúe la diversidad de métodos y medios, en particular el uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación; que se base en el conocimiento científico sobre los procesos de aprendizaje Sin duda hay avances en las bases pedagógicas de la educación de nuestro país, pero el reto se magnifica ante la intencionalidad de atender a toda la población. Uno de los desafíos más importantes al respecto es el que refiere al fortalecimiento de los perfiles de los educadores, función que hasta la fecha ha recaído en cursos de actualizacion docente gratuitos o pagos escasamente calificados para ello. Implica también el reconocimiento de nuevos perfiles profesionales necesarios para impulsar la educación permanente en toda su extensión.
La Educación permanente abarca todas las instancias educativas que se pueden abordar en el trayecto formativo de una persona, sea este un trayecto mas allá de la escuela. Métodos y mecanismos de capacitación docente que puedan ser adaptados para mejorar el aprendizaje en el aula, maneras promisorias e innovadoras en capacitación docente convertidas en instancias de las mejores prácticas, es el gran desafío. Formación ciudadana, valores, cualidades y enfoque CTS. Los cambios en la formación inicial de este profesional deben estar en correspondencia con la integración del conocimiento científico de la época contemporánea, el acelerado desarrollo de la ciencia y la tecnología y las exigencias en la formación de las nuevas generaciones. La sociedad actual exige de la formación de un profesional que sea capaz de asumir los retos del presente y el futuro, la cual debe ser asumida por las instituciones educativas correspondientes. Se hace necesario que el profesional, como ente social, no solamente requiera de determinados conocimientos y habilidades, sino que debe saber conducirlas desde la sociedad y para ella, lo que se expresa en saber trabajar en grupo, interpretar social y económicamente las necesidades y demandas, dirigir procesos con la participación de todos, en busca de información valiosa para la competitividad.
La Ley Nacional de Educación hace referencia a diversos objetivos que deben tenerse en cuenta para el futuro de los alumnos y poder insertarse en una sociedad mas justa y equitativa por ello habla de


UNIVERSIAD PEDAGOGICA


La creación de la Universidad Pedagógica Provincial será el instrumento necesario para la formación de nuestros educadores, y por ende para la transformación del sistema.
El siglo XXI ha sido definido como el de la Sociedad del Conocimiento. El cambio radica en el valor esencial de la información en la nueva economía, que culmina el pasaje definitivo de la sociedad industrial a la sociedad post-industrial que se iniciara a mediados de la segunda mitad del siglo XX.
En este marco, la educación, cuya misión fundamental es la transmisión de la cultura, adquiere una relevancia capital. Así, entre los objetivos de desarrollo del milenio de la ONU se destaca el de lograr la enseñanza primaria universal, y se ha impuesto como meta el velar para que en el año 2015 los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria.
"Una educación de calidad es una condición para el desarrollo sostenible en todos los niveles y en todos los medios de enseñanza", se afirma que "la educación es le agente determinante de la transición hacia el desarrollo sostenible, por su poder de hacer progresar las capacidades de las personas y de transformar en realidades sus aspiraciones concernientes a la sociedad. La educación no se limita a impartir capacidades científicas y técnicas, ella refuerza la motivación, la justificación y el apoyo social a las personas que los buscan y los aplican. La comunidad internacional está desde ahora convencida de que necesitamos desarrollar -por la educación- los valores, los comportamientos y los modos de vida que son indispensables para un futuro viable. La educación para el desarrollo sostenible está en ese punto donde ella representa el proceso de aprendizaje que permite tomar las decisiones propias para preservar a largo plazo el futuro de la economía, de la ecología y de la igualdad en todas las comunidades. Crear capacidades de manera de elaborar una reflexión orientada hacia el futuro constituye la principal misión de la educación". Este nuevo paradigma cultural globalizado tiene una vigencia inexorable, no es nuevo para los argentinos y argentinas, que tuvimos desde fines del siglo XIX un proyecto de desarrollo articulado a un proyecto educativo, la nacionalidad se produjo desde las aulas, y en esa producción histórico-cultural los docentes ocuparon un rol fundamental.
Con la historia se ha visto que la Reforma Universitaria de 1918 abrió la posibilidad de que los grupos de clase media recibieran la educación superior y propició la creación de nuevas universidades.. A partir de allí, devino el reconocimiento de la Ley Avellaneda sobre las relaciones de la Universidad con el Estado, ratificando, como en 1904, el régimen de la Universidad de Estado, se reconoció el sistema democrático interno, con la participación de los estudiantes, de los egresados y de los profesores.
Se intentó refundar una propuesta de educación nacional que se ajustara a las demandas nuevas del mundo industrializado. Quedan en la historia de ese período hitos excepcionales como la Universidad Obrera o la masificación de la escuela secundaria, como elementos distintivos de un nuevo proyecto de país y de educación.
Las políticas de los años noventa, en su vorágine globalizadora profundizaron las lógicas de desregulación, privatización y fragmentación que impuso el neoliberalismo. En ese contexto, el sistema educativo no estuvo exento de sufrir sus consecuencias.
Los cambios socioeconómicos y culturales que devienen del desarrollo un nuevo modelo productivo en el país y en la provincia de Buenos Aires en los últimos años, exigen en este inicio del siglo XXI una transformación profunda, estratégica y dinámica de las políticas educativas. Se rescata los profundos esfuerzos, que el sistema educativo siguió haciendo a pesar de los errores y las crisis en las que se lo sumergió.
Los sistemas de formación creados en su mayoría a principios del siglo XX, han sido sobrepasados por las transformaciones culturales, tecnológicas, sociales y económicas que se derivan del impacto de la sociedad de la información y del conocimiento.
Un Estado nuevo precisa nuevas herramientas. La realidad de hoy es que, mientras muchas de nuestras bibliotecas escolares están vacías, muchos niños y jóvenes navegan en Internet, interactúan con juegos electrónicos de simulación virtual o se comunican con amigos y familiares, trascendiendo las fronteras de países, regiones y culturas. También es cierto que los niños y los jóvenes pasan más horas frente a la televisión que en las aulas o con sus padres.
Al respecto, el profesor Guillermo Orozco Gómez advierte que una de las tendencias actuales es la creciente "masmediación" de las sociedades contemporáneas.
Se ha evidenciado el la sociedad actual el protagonismo de los medios y tecnologías de comunicación en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana, desde el más público hasta el más privado, pasando por lo cultural, lo laboral, lo político, lo educativo y lo económico. Las sociedades de este nuevo milenio conviven y dependen de los medios y tecnologías comunicativas en grados cada vez mayores, lo que significa que el uso de esos medios y tecnologías ya "casi" no es opción, sino una condición. Se debe mejorar la actividad y las capacidades humanas.
El otro fenómeno que se advierte, denominado "audienciación", es hasta cierto punto contraparte de la primera tendencia. Esto significa que las sociedades actuales y los individuos somos crecientemente audiencias múltiples de los diversos dispositivos comunicacionales. Gran parte de la información que recibimos sobre el mundo que nos rodea, mediato e inmediato, proviene de los medios. Cada vez más porciones del tiempo libre y no libre se relacionan y desarrollan alrededor de alguno de los medios y tecnologías comunicacionales. Estamos en permanente contacto con un mundo cada vez más “mediatizado”, en donde -como decía Baudrillard- la representación mediática aparece como más real que el propio objeto real de la representación (Orozco Gómez, Guillermo. "Comunicación y Prácticas Sociales. Las prácticas en el contexto comunicativo". Revista Chasqui n° 62, junio de 1998).
Un sistema educativo y unos educadores que no reconozcan esta realidad corren el riesgo de perder a sus interlocutores. En este sentido, la educación debe cambiar y más aún la educación de los educadores.
El origen de la formación docente en la provincia de Buenos Aires se consolidó de la mano del normalismo. Conformado a partir de la experiencia institucional de las Escuelas Normales (desde 1870 hasta 1970), se convirtió en una matriz de pensamiento para muchas generaciones de educadores, configurándose como una corriente político-pedagógica que se articuló con el proyecto de construcción de una Argentina moderna.
La Educación cumplía entonces una función civilizadora, aparición en el universo coincide con la consolidación de los sistemas educativos nacionales y la consolidación del Estado Nacional.
El normalismo organizó la institucionalización de la pedagogía a través de normar hasta sus actos más cotidianos, considerando a la escuela como el espacio privilegiado para la enseñanza de los valores de lo público y posicionando al docente como funcionario, ubicado en el lugar de ser el principal dispensador de los valores que estaban configurando al Estado Nación que nacía.
El Estado argentino intentó constituir por esta vía y por la habilitación para la enseñanza, un cuerpo especializado y homogéneo para dirigir y sostener la expansión escolar. Los datos disponibles indican que el tránsito hacia la consolidación de este cuerpo en el magisterio argentino fue trabajoso.
La mayoría de los docentes de las escuelas elementales de la Provincia habían recibido autorización del Consejo General para el ejercicio de la docencia, pero no se trataba de maestros egresados de escuelas normales.
"Para tener una idea del punto de partida tengamos en cuenta que en 1876, de los 531 maestros ejerciendo en la Provincia, menos de la mitad tenían título, eran docentes sin diploma. El propósito estaba atado como proyecto y dispositivo institucional a la escuela primaria común sarmientina. La Ley de Educación Común de la Provincia de Buenos Aires fue promulgada en 1875 con el número de Ley 988, como consecuencia de la Constitución provincial de 1873, que en los artículos 205 y 206 establecían sus bases normativas.
La creación y la estructura interna de la Escuela Normal se diferenció del resto de la enseñanza, particularmente de la brindada por los colegios nacionales. Su creación se debió a la necesidad de dotar de maestros preparados a la escuela primaria. En la perspectiva de Sarmiento, como exponente fundamental de quienes organizaron la estructura institucional de la República y la difusión de la cultura letrada- la formación de los maestros era la pieza fundamental de la empresa civilizatoria; la formación de un lugar de saber que luego irradiaría los valores de la civilización y combatiera la barbarie. Estas medidas diseñadas desde el Estado pueden ser consideradas como intentos por constituir al magisterio en una profesión, en tanto estrategia de legitimación del trabajo de enseñar y, consiguientemente, de la autoridad estatal en materia de regulación de la educación.
Se constituyó una pedagogía basada en el docente como representante/funcionario.
En la docencia, los procesos de profesionalización y funcionariado eran casi sinónimos: tornarse docente profesional significaba, en general, tener un puesto en la Administración Pública (Birgin, 1999).
Esta cultura, fue convirtiéndose en hegemónica en las instituciones que formaban para la docencia (excluyendo a las universitarias): cuestiones tales como la organización de la entrada y la salida, los recreos, la disciplina, la disposición del aula, el uso del tiempo y el espacio, las prácticas de evaluación fueron elementos que el colegio secundario tomó de la cultura normalista hegemónica. En pocos años, el modelo institucional de las escuelas normales llevó a todo el territorio provincial, entre otras cosas, a una forma de entender el significado de la juventud.
De este modo, el normalismo constituyó un eje configurador no sólo al interior del campo pedagógico sino también fuera de él: construyó una imagen social y política del educador.
Asimismo, los normalistas conformaron durante todo el período un grupo de opinión pedagógica muy importante. Su tarea se extendió también hasta la confección de libros de texto y tratados de didáctica que dieron base para un discurso pedagógico que no había alcanzado con anterioridad una estructuración como tal.
La fuerza modeladora del normalismo se afianzó hasta constituirse en la matriz fundamental que fue absorbiendo los sucesivos cambios que se buscaron operar sobre la formación docente.
La formación docente continuó su derrotero mayoritariamente como parte de la escolaridad secundaria hasta que se estableció la modificación institucional a través de su pasaje a la enseñanza superior, bajo la jurisdicción de los sistemas educativos provinciales; en esto fue precursora la provincia de Buenos Aires.
A partir de 1967, en el territorio bonaerense se dan tres procesos simultáneos en relación a la tarea de la formación de maestros:
a) El pasaje de estos estudios del nivel secundario al nivel superior.
b) La creación de este nuevo nivel.
c) La transferencia a la jurisdicción provincial.

El pasaje a nivel terciario pretendía profesionalizar la formación por la vía de la prolongación en el tiempo y una mayor adecuación a las características de los institutos de profesorado. "El nuevo modelo enfatizó el carácter profesional del trabajo docente desde la concepción de implementar una capacitación específica y habilitante en el manejo de técnicas y conocimientos instrumentales que garantizaran una labor educativa más eficaz en las escuelas". Sin embargo, algunos autores han afirmado que el cambio institucional no significó un cambio de la orientación general; "diversos indicios alentaban la hipótesis de que los egresados de los profesorados para la enseñanza primaria, lejos de dominar en mayor medida las técnicas y los conocimientos instrumentales que podrían garantizar una labor más eficaz, tenían mayores dificultades en su desempeño" (Braslavsky y Birgin, 1995)
Poco tiempo después comenzaron a generalizarse las señales de alarma acerca de la calidad de los maestros que se formaban en estos nuevos ámbitos; pese a ello, el plan subsistió sin reformas sustantivas. Las señales de alarma que venían de algún modo desde el interior del sistema se profundizaron con las que surgían de un contexto adverso.
Las políticas neoliberales en el terreno económico, que incidieron en las políticas educativas, agravaron de por sí un sistema social cada vez más fragmentado, excluyente y socialmente injusto. La escuela sufrió el impacto de este proceso, llevándola de forma inexorable a contener la situación de los niños y jóvenes que veían cómo su vida social se descomponía. Los maestros fueron, durante los años noventa, asistentes sociales, psicólogos, luchadores sociales, referentes institucionales y familiares más que educadores.
Los adelantos tecnológicos de la sociedad de la información pusieron en crisis el paradigma tradicional sobre el que se había asentado durante todo el siglo XX la transmisión del saber. Los medios, las computadoras, internet y video juegos de diferentes tipos, cuestionaron la capacidad de la Escuela por legitimarse en el control del conocimiento. Hoy, es indefectible reconocer que el saber no pasa sólo por la Escuela.
En esta concepción se enmarca la necesidad de crear mediante una ley cuya la Universidad Pedagógica Provincial en el ámbito bonaerense con los fundamentos y características que conforman parte del presente proyecto.
En la actualidad, la oferta de formación docente se estructura fundamentalmente a partir de los institutos de Educación Superior dependientes de la Dirección General de Cultura y Educación y, parcialmente, a través de las universidades nacionales. En la Provincia hay 14 universidades nacionales y 485 institutos de Educación Superior, de los cuales, 198 son públicos. La matrícula actual abarca un conjunto de 81.857 alumnos en los institutos dependientes de la Dirección de Educación Superior públicos que van desde la formación de profesores para inicial y primaria (EGB1 Y EGB2), hasta los diferentes profesorados y tecnicaturas. En cuanto a la masa total del sistema, en el último registro (enero de 2006) alcanza los 260.000 trabajadores de la educación. De algún modo, estos datos reflejan la dimensión del impacto potencial de la Universidad Pedagógica de la Provincia de Buenos Aires.
Evidentemente, las estrategias de formación de los educadores que fueron clave en el siglo pasado no alcanzan hoy a dar cuenta de la complejidad y la significación que la educación exige en el mundo contemporáneo. Sumado a ello, el impacto negativo de las políticas neoliberales de los años noventa llevaron a profundizar la fragmentación del sistema, a desarticular las ofertas educativas en sus diferentes niveles, a erosionar, por vía de las sucesivas crisis, la legitimidad de los educadores como referentes ineludibles en la transmisión de la cultura y a prescribir en los docentes un credencialismo vacío del proyecto político de la Nación.
La creación de la Universidad Pedagógica responde a necesidades fuertemente sentidas por una comunidad de alumnos, trabajadores de la educación y estudiantes terciarios.
Es necesario crear y poner en marcha una universidad que, articulando una gestión moderna y dinámica con la más alta calidad y competencia, impulse, promueva, enriquezca, jerarquice y diversifique la formación docente de la provincia de Buenos Aires, para que asista pedagógicamente en la formación de los cuadros profesionales y técnicos, impulse la formación de profesionales de gestión y administración del Estado provincial y de los municipios bonaerenses, capacite en la transferencia de saberes técnico-profesionales a los agentes públicos que actúan en los diversos niveles de las políticas públicas de acuerdo con las demandas del nuevo modelo productivo de la provincia de Buenos Aires en relación con las necesidades regionales.
Los fundamentos formales es que la educación universitaria está prevista en el Capítulo IV de la Sección Octava de la Constitución bonaerense, la cual establece las pautas constitucionales de la educación universitaria en la provincia de Buenos Aires, determinando las reglas a las que deben sujetarse las leyes de creación de universidades provinciales, como la presente, la Ley Nacional de Educación Superior, Ley 24.521, prevé la creación de instituciones universitarias provinciales, marco en el cual también se inserta la Universidad Pedagógica Provincial cumpliendo sus pautas legales (Artículos 26,27,29, 34, 69, 74 y concordantes), a su vez, la Ley 11.612 al definir el Sistema Educativo Provincial en su Capítulo III, artículo 4, inciso d) contempla la modalidad de formación en Educación Superior, estableciendo que la misma se cumplirá en institutos superiores, los cuales estarán prioritariamente orientados a la formación de recursos humanos necesarios para el sistema educativo y de otras áreas del saber y otorgarán títulos profesionales.
La norma establece asimismo que tales institutos estarán articulados horizontal y verticalmente con la universidad.

Se Crea la Universidad Pedagógica Provincial siendo esta una universidad descentralizada y regionalizada, cuya oferta académica se articulará con las regiones educativas de la provincia de Buenos Aires.
Sus objetivos serán la formación docente, humanística, técnica, profesional y científica en el más alto nivel, contribuyendo a la preservación de la cultura nacional, la promoción de la generación y desarrollo del conocimiento en todas sus formas y el desarrollo de las actitudes y valores que requiere la formación de personas responsables, con conciencia ética y solidaria, reflexivas, críticas, capaces de mejorar la calidad de vida, consolidando el respeto al medio ambiente, a las instituciones de la República y a la vigencia del orden democrático, la jerarquización y renovación de la formación de los docentes de la provincia de Buenos Aires, promoviendo en forma constante la articulación con los institutos superiores; dejando expresa constancia que la formación docente de grado seguirá a cargo de los institutos superiores; y el impulso de la formación de los cuadros profesionales de gestión y administración que atiendan las necesidades del Estado provincial y de los municipios bonaerenses, la formación y la capacitación en la transferencia de saberes técnico-profesionales, de acuerdo con las demandas del nuevo modelo productivo de la provincia de Buenos Aires en relación con las necesidades regionales, la formación de científicos y profesionales, que se caractericen por la solidez de su formación y por su compromiso con la sociedad de la que forman parte, con especial énfasis en los aportes locales, regionales y bonaerenses, la promoción del desarrollo de la investigación y las creaciones artísticas, contribuyendo al desarrollo científico, tecnológico y cultural de la provincia de Buenos Aires, fomentando niveles de calidad y excelencia en todas las opciones institucionales del sistema, la profundización de los procesos de democratización en la educación superior, contribuyendo a la distribución equitativa y popular del acceso al conocimiento y el aseguramiento de la igualdad de oportunidades, la articulación con la oferta educativa y las instituciones que contribuyen e integran el sistema educativo en la provincia de Buenos Aires, promocionando una adecuada diversificación de los estudios de nivel superior, que atienda tanto a las expectativas y demandas de la población como a los requerimientos del sistema cultural y de la estructura productiva, el incremento y diversificación de las oportunidades de actualización, perfeccionamiento y reconversión para los integrantes del sistema y para sus egresados, promocionando mecanismos asociativos con otras instituciones locales, regionales, provinciales y nacionales, el afianzamiento de una conducta comprometida con el ambiente, que permita hacer una utilización sustentable de los recursos naturales, exigiendo el cuidado y utilización racional de los mismos,
La enseñanza que se imparta en la Universidad Pedagógica Provincial será accesible y gratuita para todos los habitantes de la Provincia. Fomentará las relaciones con sus graduados, egresados de otras casas de altos estudios, especialmente con los provenientes de las universidades nacionales situadas en la provincia de Buenos Aires; productores, organizaciones no gubernamentales, emprendedores, institutos de formación docente y demás organizaciones bonaerenses, procurando realizar periódicamente cursos de perfeccionamiento, intercambios académicos, actualización de conocimientos adquiridos y actividades de extensión que incluyan la participación de los estudiantes y de los docentes

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